El tan esperado reportaje de Isabel Pantoja tras la salida de la cárcel, por 3 días, de Julián Muñoz, no ha convencido a los-as seguidores-as de la artista. De ese amor, si lo hubo, no parecen quedar ya ni cenizas, a tenor de sus declaraciones para la Revista «Hola», en un reportaje que no ha estado a la altura de lo que esperaban sus fans. Con unas fotografías «enlatadas», según parece, y una entrevista con unas respuestas muy preparadas y meditadas. Isabel midió mucho las palabras que contestaba a su gran amiga Chelo García Cortés, quien tampoco tiene demasiada credibilidad entre sus propios compañeros de programa, ni entre la audiencia del programa «¿Dónde estás, corazón?». Menos aún desde que hace un par de semanas, el polémico Andrés Burguera, hijo de Andrés Pajares desvelase el secreto mejor guardado de la periodista: su matrimonio años atrás con José Manuel Parada, por «conveniencia». Ante tales revelaciones, ella se quedó a cuadros, negándolo y a él le «echaron» de la entrevista dándola por concluida. Y es que el agua y el aceite no se pueden nunca mezclar… Pero eso explica la gran amistad, casi devoción de Chelo García Cortés por Isabel Pantoja. Quién sabe si haya más que amistad o lo haya habido, cuando tanto la defiende y se empeña en asegurar que Isabel y Julián siguen siendo «novios». Si es que lo fueron algún día. Tanto que escandalizó la supuesta relación con la popular periodista y locutora Encarna Sánchez.
Isabel, años atrás «la viuda de España», era portada de la misma Revista con todos los honores y el cariño de todo el público, quienes ahora se sienten decepcionados por el cambio experimentado en Isabel, a la que su ambición o amor más de adolescente inmadura que de señora de su edad y clase, llevó a caer en brazos de tan pintoresco personaje y en la gran tela de araña que él y su ahora ex mujer, han ido tejiendo y de lo que aún ninguno ha podido ser ni inculpado con pruebas, ni condenado. El tiempo dirá quién lleva la razón.
Isabel Pantoja, quien, como aseguraba Jesús Mariñas, en el programa del viernes 25, deja entrever en este reportaje un amor en pasado y no una relación presente y mucho menos con visos de futuro, parece querer demostrar lo indemostrable, en una entrevista con respuestas muy meditadas y que leyendo entre líneas se ve que de lo que hubo o no hubo fuego, ya no quedan ni cenizas. Lógicamente, para cualquier mujer enamorada, pasada la vergüenza de ver a su novio en la cárcel y habiendo sido ella inculpada igualmente, hubiese sido un motivo de alegría, tener a su amor durante 3 días, sin embargo, y con unas fotografías de archivo, hechas con anterioridad, no se puede ver en los ojos de Isabel la verdad. Si aún hay amor entre Julián y ella o, como mucha gente se empeña en pensar, sólo es un «contrato», como lo es el hecho de que hayan formado un supuesto contrato de manager de ella, por el que cobra él 6.000 euros al mes, y que sirve para que este señor alcance el Tercer Grado y pueda salir a la calle. Ahora le dieron tres días por «buena conducta», lo cual es de lo más absurdo, porque es un ladrón de guante muy blanco y no un ratero profesional, para hablar de su comportamiento en la cárcel en esos términos. Pero así es de absurda la Justicia. Esta gente paga enormes fianzas y salen a la calle y del dinero robado o estafado nunca más se sabe. Eso sí, personajes como su ex mujer, Maite Zaldívar, vividora donde las haya, viven del cuento de plató en plató durante mucho tiempo, pagándoles para, en definitiva, no decir nada, pero alimentando el morbo y ganando audiencia.
Qué lamentable que Isabel Pantoja, con el arte que tiene y los duros comienzos, siendo lo que ahora era, haya caído tan bajo por su afán de Poder, y haya elegido al personaje más indeseable de la Política, o cuanto menos a uno de los más ladrones. Falta demostrar si ella fue cómplice, o encubridora, o la acusaron injustamente. La pobre Isabel entre sus devaneos amorosos de semejante índole y su «retoño» dedicándose a lo que se dedica, ha caído en desgracia. Esperemos que pronto se recupere, se aleje de estafadores y vividores y se busque un novio decente y trabajador, y por qué no decirlo, más joven y más guapo. Que, aunque la belleza vaya por dentro, y la de Julián esté aún por demostrar, Isabel merece un hombre de verdad que no le cause tantos problemas y le dé la estabilidad emocional que tanto necesita. ¡Suerte, Isabel!