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Leo Segarra opina sobre ‘OT 2008’
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Leo Segarra opina sobre ‘OT 2008’
martes, 6 de mayo de 2008 a las 5:27
Emilia Meneses

 No le falta razón a Leo cuando opina que este año se está olvidando la gente de los concursantes. Y quizá sea debido al formato que han hecho, que las actuaciones pasan sin pena ni gloria casi, salvo para los fans de cada uno-a, y en cambio se espera al momento de las nominaciones como momento cumbre de la gala. Y, por consiguiente, a la opinión, o mejor dicho, los insultos y las humillaciones de Risto a los concursantes que ha elegido como blancos de sus agresiones verbales y carentes de toda educación y profesionalidad. No hay que olvidar que es un simple publicista, que está demostrando, si es que a alguien le quedaba duda, que no tiene ni idea de música. Lanza dardos en todas direcciones sin caer en la cuenta de que se los lanza también a su tejado. Cuando opina que tal o cual concursante no debería haber entrado en la Academia, y resulta que él también tuvo voz y voto en esa decisión, como le recordaron durante la tercera gala, Ángel Llacer, director de la Academia, y el resto del jurado, cada vez más desmarcado de sus opiniones y más molestos con lo que dice. Ya hasta discrepan entre ellos a la hora de nominar. Parecen niños de patio de colegio discrepando sobre qué decidir y a qué jugar.

Y pudimos ver a un Evaristo cada vez más desagradable. Aunque, eso sí, con un ingenio increíble, que agudiza al límite para ofender y humillar. Se vio a las claras que no podía opinar mal de la actuación de Esther, pues había mejorado mucho con respecto a las otras dos galas. Y eso fue muy plausible, aunque a este individuo se le puedan caer, no los anillos, sino a lo mejor las gafas, al reconocer lo que es obvio. Y con Reke, aun a su pesar, lo tuvo que reconocer.

Amén de que cada cual tenga sus favoritos, y unos lo hagan mejor que otros, porque si no, evidentemente no habría un ganador, hay que reconocer que todos son muy majos y es un grupo bastante homogéneo en todos los aspectos, este año. Sin olvidar que, mientras para algunos es la primera incursión en el mundo de la música, para otros no tanto y ya llevan «tablas», como es el caso de Iván, que ha trabajado mcuho a las órdenes de Cocó Comin. . Luego, por lógica, se debe exigir más a los que ya saben que a los que aún comienzan. Y a cada cual intentar ponerle en el lugar que se les va a exigir al final. Si ya es difícil, aunque van a tener que aostumbrarse, salir ante un público, no lo es menos, enfrentarse al «doberman» que les va a despedazar la autoestima con media frase.

¿Se habrá mirado Evaristo Mejide al espejo diciendo esas «paridas»? ¿Se ha visto lo ridículo que resulta, como si fuese un niño rebelde que siempre discrepa de todo?

El problema de Evaristo, es que es un Peterpan que no ha crecido interiormente y al que se le ha clavado el garfio del capitán,  y se siente más capitán que tripulante, de una nave que cada semana debería ser momento de distracción más que de críticas al día siguiente y el resto de la semana, aunque, como dijo él mismo, tanto Esther como él protagonizan las mayores descargas de la red. Lejos de enorgullecerle, debería caérsele la cara de vergüenza, después que está cobrando un sueldo en lo que no es su profesión y haciéndose famoso a costa de unos clavales que tienen la suerte que él nunca tuvo, y de ahí su frustración,  y quizás por eso ésta es su venganza, y a los que intenta derribar siempre. Suerte que ya van espabilando y, como hizo Tania S. le van llamando lo que merece. A ver si espabilan los demás y no le dan el gusto de ver lágrimas en sus ojos.

Evidentemente, como Leo opina, no todos los miembros del jurado son iguales y los concursantes deben saber a quién y a qué deben hacer caso. Leo califica de «Show de Risto», su participación. Y razón no le falta y, además, es de lo que él también se mofaba, de aquella gente que sólo ve su «show», mientras que las actuaciones de los concursantes las pasan por alto. A este aprendiz de Narciso Bello le falta mucho para ser una estrella, aunque ilumine con su luz negra las galas de cada martes en Tele 5. A fin de cuentas para eso le pagan, lamentablemente. Y ya, el broche ante tan magna estupidez, se nos pone a hablar supuestamente, con Greta, de «Greta y los Garbo». Seguramente ignora este señor (por llamarle de alguna manera) que Greta no comenzó en ningúna «OT», sino en breves actuaciones en el Circo. En los programas de los que se llamaron «Payasos de la Tele» (Gabi, Fofó, Miliki y Fofito) y que, aunque tuviese tan excelentes «padrinos», el mundo de la música tampoco le habrá sido fácil a Greta. Y de más está, pensar que jamás iba a humillar a ninguna concursante por la actuación, mejor o peor que tuviese al cantar algún tema de ella. Es toda una dama y una excelente persona.

Ya este aprendiz de cómico no sabe qué inventar para crear audiencia, aunque sea audiencia que le desprecia y al que él sólo causa vergüenza ajena y asco. Y no sólo por su aspecto.

Leo opina que en el jurado no sólo está este «showman» venido a menos, sino que están «Noemí Galera, una profesional que trabaja en una de las Productoras españolas con más renombre, Javier Llanos, Director de una de las más importantes Cadenas de Radio, y Cocó Comin, una de las mejores coreógrafas del panorama nacional…y Risto».

Con ello quiere decir Leo quemientras que Javier Lñlanos tiene mucho peso específico en lo que luego puede ser la promción de los Discos a nivel radiofónico, y quien les puede luego meter en los programas puede ser Noemí Galera, así como la experiencia y conocimientos de Cocó Comin, a nivel de enseñarles coreografías.

Es decir, que la opinión de Risto no les va a servir absolutamente para nada. Sólo es la opinión de un completo ignorante, de un publicista sin idea de música, que se cree que está vendiendo un producto con un anuncio que causa repulsión y a la vez atrae a probarlo. Como tantos y tantos anuncios que este individuo haya hecho. Seguro que a cuál peor. Este señor por mucho que ofrezca, ni regalado se lo compran…

Como Leo dice: «una cosa es hacer audiencia y otra cosa es hacer carrera».