Dárek, el vividor más caro de Ana Obregón, le intenta hacer sombra en los Medios
 Caro le ha salido a nuestra «Anita la Fantástica», Ana Obregón, sus amorÃos o el hacernos creer que estaba enamorada de semejante personaje, Darek, que desde lejos se veÃa todo un vividor. Si se tragó o no, lo que le dijo era su profesión, formando parte de las brigadas antiterroristas, sólo ella lo sabe. Pero para la opinión pública, que lo veÃamos desde otra perspectiva, no era sino un vividor más de los que se han colgado de su sombra y que tras estar bien situados económicamente, se han dado a la gran vida y a vender intimidades y trapos sucios. Pero sin duda, el vividor por excelencia es este polaco sin oficio ni beneficio que se dedica a exhibir su cuerpo y su «tamaño», que será, si acaso, lo único de buen ver que posée este aprendiz de famoso, de tres al cuarto. Y hasta para eso hay opiniones y gustos y buen gusto.
No contento con la absurda demanda contra ella, en la que colabora su abogada, ávida de hundir a Ana, ahora pretende hacerle sombra con un reportaje para la Revista en la cual habla ella desde hace una treintena de años. Si su gran amiga y repersentante, Susana Uribarri está metida en el «ajo», lo cual no serÃa de extrañar, visto el «poder mediático» que ostenta tal apellido en estas lindes del famoseo y de la Música, está por verse. Ana siempre negó que el editor de la Revista, Eduardo Sánchez Junco,  pudiese estar interesado en hacer un reportaje a semejante individuo, que es un don nadie. Se lanzó a la piscina la pobre Ana y su miopÃa también le impidió ver que no habÃa agua y que en esta vida ni de la propia sombra se puede uno-a fiar y a ella la han traicionado hasta los que se llaman amigos. Claro, que, Ana, para amigos asÃ, ¿quién necesita enemigos?
Y es que a la pobre Ana, últimamente, si pone un circo le crecen los enanos. Y está pagando en carne propia aquel dicho de «crÃa cuervos…». Va de samaritana,  mendigando amor, y sólo encuentra traición. Digna de lástima, sin duda. Una gran actriz como es, tan buena presentadora, y tan excelente persona y qué mal se portan con ella. Después de montarles en el dólar los «Adonis» baratos que se busca.
Ahora parece estar saliendo con un tal Constantin, un italiano del que tampoco sabemos mucho. Repite taliano. Esperemos que no le salga un conde que no es conde, pero que sà esconde y muestra todo lo que a su paso encuentra. Aunque ahora vaya de decente por la vida y trabaje. Si es que a eso se le puede llamar trabajo.
Seguramente Ana eche de menos los tiempos en los que podrÃa haber emparentado con la Realeza monegasca. Mejor le hubiese ido que rescatando vividores de la miseria y el anonimato.
Ahora al tal Darek no le basta con liarse con Lara Dibildos, como parece estar haciendo, aunque ella tampoco se quede atrás, sino que ahora va de modelo. Y ha hecho un reportaje en su Polonia natal junto a sus padres y hermano. ¿Serán conocedores ellos de a lo que en verdad se dedica o serán también beneficiarios de tales mentiras y «trincarán también la pasta» y no precisamente «al dente»?
Pero, a fin de cuentas, el polaco, bien aleccionado, sólo habla lindezas de su «mecenas», Ana Obregón, ahora, en este reportaje. Quién sabe lo que trama y si no esté tras de ello su abogada. Ana deberá, en adelante abrir más los ojos, porque los del corazón y la inteligencia nada tienen que ver con los que sufren miopÃa. Y ella es una persona muy inteligente que paga muy caro la búsqueda de un amor que parece tener vedado. Amor y fama, en su caso, parecen incompatibles. Esperemos que tanto fracaso sentimental y personal no le roben su sonrisa y su simpatÃa sin igual.